Slow Food es un movimiento internacional nacido en Italia, que promueve la difusión de una nueva una nueva Cultura del Placer basada en la lentitud, el conocimiento, la hospitalidad y la solidaridad.

Opera en todos los continentes por la salvaguardia de las tradiciones gastronómicas regionales.

Sus objetivos son: reencontrar el placer de la buena mesa, incentivar la buena gastronomía y el buen vino y propiciar la educación de los sentidos para redescubrir la riqueza de los aromas y los sabores.

Se contrapone a la estandarización del gusto y destaca la calidad y el valor de los alimentos de excelencia procedentes de todos los rincones del mundo.

Su símbolo es el caracol, emblema de la lentitud.